viernes, 8 de junio de 2007

6 de noviembre




Hoy me levanté tarde. Anoche estuve con Ulises. Se veía nervioso, angustiado. Su novia lo había dejado y él estaba devastado. Pidió una jarra de tequila "para comenzar". El resultado está a la vista. Son las cuatro de la tarde y sigo en cama. Las cortinas están cerradas. Respiro cierto aroma a marihuana que debe provenir de mi cabello o de mi ropa tirada a un costado. Con esfuerzo me levanto, voy al baño y me preparo una taza de café con leche. Me acuesto nuevamente y tomo un libro de la pila. Pierre Louys aparece en gloria y majestad y sus imágenes de mujeres cortesanas que levantan sus vestidos en señal de buena educación. Me masturbo una y otra vez hasta quedar exhausto y el sueño vuelve a mí. Aún leo una última frase antes de apagar la luz: "hace tiempo no encontraba un coño tan jugoso y blando, y que además oliera tan bien".