miércoles, 9 de julio de 2008

2666 de Bolaño

por Cristina Rioseco
www.indie.cl; 07.2008














La avenida Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio de 2666, un cementerio olvidado debajo de un párpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo.

Roberto Bolaño, Amuleto




La última función de “2666″ realizada en la sala Matucana 100, refleja el intento de llevar a escena la novela de publicación póstuma del escritor chileno Roberto Bolaño. La adaptación de ésta dio como resultado un montaje de cinco horas -con varias omisiones del escrito original- pero fiel a la división realizada por Bolaño; quien creó la obra como cinco novelas independientes, las cuales, finalmente, formaron un solo volumen. El lugar de la historia, que vincula los relatos entre sí, es Santa Teresa: ciudad industrial y fronteriza ubicada en México. En este espacio convergen los cinco relatos y además es el centro de una serie de inexplicables asesinatos de mujeres. Pero, a pesar del espacio en común, cada parte de la novela construye una estructura del relato distinta con la inserción de personajes disímiles.

La compañía española de Teatro Lluire, que es conocida por la re-lectura de los clásicos, la exploración alternada entre actuación, danza y música; percibe la creación teatral como un reflejo de las problemáticas modernas, en la cual prima el texto como portador de significado. Ésta compañía con la dirección de Álex Rigola es la encargada de colocar en escena la versión reducida y filtrada de “2666″. La selección del texto mantiene la percepción de la realidad como una elaboración que es sitio de creación y destrucción: espacio ilusorio, en el cual son arrojados los personajes que visitan el abismo de las emociones humanas. De este modo, los espejismos formados por Benno von Archimboldi y los asesinatos de mujeres en Santa Teresa establecen la relación entre creación/destrucción como dos polos opuestos de una misma realidad.

La puesta en escena marcada por la proyección del título de cada parte de la novela y precedida de un intermedio, es el código utilizado para recordar la independencia de cada sección y necesario para cada cambio escenográfico. El primer acto de iluminación tenue que intenta recrear el espacio de conferencias y estudios literarios, muestra a los cuatro críticos de diversas nacionalidades inmersos en el estudio de la obra de Archimboldi, situación que se amplia a la búsqueda del misterioso escritor alemán, momento en el cual el relato se torna detectivesco. Luego de un intermedio de diez minutos, en escena aparece Amalfitano, profesor de filosofía que vive entre la realidad y los recuerdos confundiendo ambos umbrales. Nuevamente un intermedio de diez minutos, después del cual en el escenario existe un cuadrado verde que aglomera una serie de personajes encargados de subvertir la noción de sujeto unido a la visión de la realidad como un reflejo invertido, transformando en una pulsión latente el concepto de infrarrealismo. Otra vez un intermedio -pero ahora de veinte minutos- acto seguido un cementerio de cruces rosadas con un cadáver de mujer, es la parte de los crímenes que utiliza un lenguaje forense junto a algunos personajes y sus historias, además de especular sobre las posibles causas de los asesinatos. Finalmente un intermedio de alrededor de diez minutos, a continuación del cual se revela el origen del escritor alemán Benno von Archimboldi mostrando su muerte como Hans Reiter, alemán de entre guerras, y su nacimiento casi casual como escritor.

La adaptación efectuada por la compañía teatral utiliza la proyección audiovisual en todos los actos, además del uso de micrófonos que se convierten en instrumentos indispensables para la realización de la obra. Entre las actuaciones, algunas de mejor calidad que otras, destaca Ferran Carvajal, quien despliega un manejo corporal sorprendente tanto en la exploración de nuevos códigos como en la relación con el resto de los personajes. Por otra parte, el mundo sonoro conectado con el audiovisual consigue situarse como un soporte autónomo dentro de la obra realzando el sentido de ésta.

En conclusión, preferible es realizar la lectura de la novela “2666″, ya que permite elaborar conjeturas posteriores enriquecidas -por las propias palabras de Bolaño- sin privaciones de un teatro que intenta capturar la densidad del texto, pero no logra mantener el ritmo narrativo propio del autor y trunca la posibilidad de que la novela hable en toda su complejidad.




Ficha técnica: “2666″


Dirección: Álex Rigola.
Autor: Roberto Bolaño.
Adaptación: Pablo Ley y Álex Rigola.
Elenco por orden de aparición:

1. La parte de los críticos: Manuel Espinoza: Julio Manrique/ Piero Morini: Andreu Benito/ Jean Claude Pelletier: Joan Carreras/ Liz Norton: Chantal Aimáe/ Sra. Bubis: Alícia Pérez / Amalfitano: Andreu Benito.

2. La parte de Amalfitano: Amalfitano: Andreu Benito/ Rosa Amalfitano: Cristina Brondo / Lola: Alícia Pérez/ Decano Guerra: Manuel Carlos Lillo/ Joven Guerra: Ferran Carvajal/ Boris Yeltsin: Félix Pons.

3. La parte de Fate: Fate: Julio Manrique/ Barry Seaman: Pere Arquillué (video)/ Charly Cruz: Xavier Ruano/ Rosita Méndez: Alba Pujol/ Chucho Flores: Félix Pons/ Joven Guerra: Ferran Carvajal/ Guadalupe Roncal: Chantal Aimáe/ Rosa Amalfitano: Cristina Brondo/ Omar Abdul: Joan Carreras/ Jefe de Sección, Amalfitano: Andreu Benito/ Albert Kessler: Manuel Carlos Lillo

4. La parte de los crímenes: Rosita Méndez: Alba Pujol/ Epifanio Galindo: Andreu Benito/ Lalo Cura: Ferran Carvajal/ Pedro Negrete: Manuel Carlos Lillo/ Juan Dios Martínez: Julio Manrique/ Lino Rivera: Félix Pons/ Klaus Haas: Joan Carreras.

5. La parte de Archimboldi: Sra. Bubis: Alícia Pérez/ Hans Reiter: Joan Carreras/ Lotte Reiter: Cristina Brondo/ Hugo Halder: Félix Pons/ Soldado alemán: Julio Manrique/ SS: Ferran Carvajal/ Leo Summer: Manuel Carlos Lillo/ Ingeborg: Chantal Aimáe/ Adivina: Alba Pujol/ Jacob Bubis: Andreu Benito/ Alexander Fírst Pékler: Xavier Ruano.Compañía: Co producción Teatro de Lliure, Festival de Barcelona Grec 2007 y Teatro Cuyés del Cabildo Canaria.

Duración: 5 horas (con cuatro intermedios: tres de 10 minutos y uno de 20 minutos).