martes, 27 de agosto de 2013

“Roberto Bolaño es único, incluso entre los autores clásicos”. Álex Rigola sube a escena el cuento del escritor chileno: “El policía de las ratas”

por Peio H. Riaño
El Confidencial. 31.07.2013






Álex Rigola es un devoto póstumo de Roberto Bolaño (1953-2003), cuyo fervor arrancó dos años después de la muerte del escritor chileno. El director del Teatro Central de Sevilla, Manuel Llanes, recomendó al director catalán la lectura de “El policía de las ratas”, un cuento incluido en la tercera recopilación de relatos del escritor, titulada El gaucho insufrible.

Rigola reconoce que desde aquel libro no ha podido soltar a Bolaño. “Es una devoción que no ha terminado y que no terminará, porque faltan novelas suyas por editar”, asegura el director de escena. Montó hace seis años para el Teatre Lliure 2666 y ahora, como director del certamen de las artes escénicas de la 42ª edición de la Bienal de Venecia, que se inaugura este jueves, sube al escenario la obra con la que inauguró su bolañismo.

“El policía de las ratas” es un texto sobre el derecho a ser diferente. “Bolaño parte de la comparación con el mundo animal para analizar al ser humano y el derecho a la singularidad y la particularidad. Es una defensa al espacio minoritario, pero que debe existir para el que es diferente”, cuenta a este periódico el director, que pone al poeta como el ejemplo de minoría diferente.   


Excelencia contra facilidad

En ese sentido, la obra cobra actualidad y pertinencia para denunciar estos momentos en los que en el sector de las artes escénicas “crece el apoyo a lo fácil y popular y se deja de lado al teatro emergente que busca nuevos lenguajes y hace evolucionar al teatro”. Así es como el arte de la excelencia queda anulado.

Rigola se queja del objetivo comercial del teatro, para el que sólo cuenta el éxito de público como el valor más importante a la hora de programar un espectáculo. “Los índices de ocupación se han convertido en lo más importante para apostar por algo, olvidándose de la calidad. En estos momentos de crisis con los números complicados se está cayendo en el teatro de la facilidad. Los festivales piensan más en dar al público lo que al público le gusta, es decir, no se le enriquece”, añade crítico.

Una vez se estrene e inaugure la Bienal de Venecia, el montaje llegará (el 31 de octubre) al Lliure, con Andreu Benito y Joan Carreras poniendo voz al verbo poético de Bolaño. Rigola ha dejado protagonismo absoluto a la narración del escritor y a la interpretación de los actores. La puesta en escena es limpia, sin obstáculos, sólo ellos dos sobre un linóleo blanco –“Que no deja de ser una página en blanco para que los actores puedan llenar el espacio con sus palabras”-, unas sillas y un juego de volumen con micrófonos. Rigola sin micrófono no es Rigola. Pero reconoce que en este montaje el director desaparece, para dar amplitud a la narración y la prosa. 


Virtudes escénicas de un novelista

“No es azucarado ni prepotente. Tiene un grado de profundidad sobre las miserias del ser humano y la condición del hombre incomparable. Bolaño es único, incluso entre los clásicos”, destaca como virtudes del escritor adaptado a escena. Un verbo claro, rico y directo, y una “simplicidad absoluta” sobre los grandes temas. Otra característica del autor apta para el teatro es que el narrador nunca se mantiene en el terreno de la neutralidad, participa. Es más narrador.  

Ese verbo bolañista les permite un ritmo pausado para evocar toda su teatralidad y convertir al lector en espectador. “Creo que las adaptaciones de Bolaño son perfectas para los lectores que nunca leen, porque tienen un reflejo de la figura del juglar”, admite Rigola. Durante el proceso de creación buscaron y buscaron el espacio escénico perfecto y cuantos más elementos introducían, más los rechazaba el propio texto. Así llegaron a la propuesta minimalista que se verá en Venecia.

Es el debut escénico de Rigola en la Bienal, a pesar de ser su director desde hace tres años. Asegura que este hecho era una gran responsabilidad para él, porque es un festival que programa él mismo. “Necesitaba demostrar las enormes posibilidades de los textos de Bolaño en las artes escénicas”. Pero junto al trabajo de Benito, Carreras, Bolaño y Rigola se van a poder ver las creaciones de Jan Lauwers, Krystian Lupa, Romeo Castellucci, Declan Donnellan, Wadi Mouawad y a la gran Angélica Liddell, la española recibe el León de Plata, el máximo reconocimiento del certamen.