lunes, 9 de febrero de 2015

La amistad y los elogios de Bolaño: "El mejor poeta de mi generación"

por A.G.B.
La Tercera. 24.01.2015





En julio de 2004, a un año de la muerte de Roberto Bolaño, Pedro Lemebel lo recordaba en estas páginas: “Lo primero fue una llamada telefónica desde España. Y él se presentó con su timbre azaetado y yo le dije que tenía voz de torero. Se rió mucho y dijo: ¡coño, soy chileno, Pedro! El acento lo perdió a los veinte ¿Y a mí, Robert, se me nota en la voz?, le pregunté. ¿Qué se te nota? El maricón en carroza, le dije y se rió mucho. ¿Viste que uno puede engañar, Robert? De ahí llegó la primera vez, nos conocimos y lo quise al tiro, violentamente”. La columna de Lemebel daba testimonio de su amistad y mutua admiración. Se conocieron en la primera visita del autor de Los detectives salvajes a Chile, en 1998, tras 30 años de ausencia. “Me encantó su dulce apatía, su desconfiado gesto ante los novelistas de derecha que lo tironeaban para comer con él en el Mulato. Pero si son fachos, Robert, le susurré, del taller de la Callejas. ¿De tu historia del libro Perlas y cicatrices, del taller de la Dina?, dijo asustado. Ah, entonces yo no como con ellos, agregó con ético asco y nos fuimos a un bar y hablamos poco porque yo estaba triste”, escribió Lemebel. En su regreso a España, Bolaño llevó sus libros a Anagrama y poco después Lemebel firmaba contrato con el sello de Jorge Herralde. Gracias a ello su obra ganaría visibilidad continental. Gracias a ello y a las palabras de admiración que le dedicó Bolaño, quien solía llamarlo y verlo en sus visitas. “Nadie le saca más emociones a su español que Lemebel. Lemebel no necesita escribir poesía para ser el mejor poeta de mi generación. Nadie llega más hondo que Lemebel”, escribió Bolaño. “Cuando todos los que lo han ninguneado estén perdidos en el albañal o en la nada, Pedro Lemebel será aún una estrella”.