Febrero de 1976
Por supuesto que jamás la vi. A lo más hojeé un par de poemas, supuestamente suyos, en una revista que luego perdería a manos de unos vándalos.
En mi opinión fue una mentira, un mito, una invención descabellada o tal vez la necesidad de un grupo de poetas para autojustificar alguna acción o pensamiento determinado. Es conocido el gusto -la inseguridad, diría yo- que tienen algunos escritores por camuflarse o esconderse y firmar con seudónimos o nombres inventados. Incluso hay quien concibe personajes -con nacimiento, muerte, actividad y preferencias de toda índole- con tal de escabullirse y escapar del renglón más cercano a la superficie. Una cosa es escapar, la otra es esconderse. Hasta puede que haya sido la personalidad de alguno de ellos, nada más.
En este sentido, me parece que Cesárea Tinajero fue exactamente eso, un vicio, una farsa, una apariencia, igual que sus poemas.
En mi opinión fue una mentira, un mito, una invención descabellada o tal vez la necesidad de un grupo de poetas para autojustificar alguna acción o pensamiento determinado. Es conocido el gusto -la inseguridad, diría yo- que tienen algunos escritores por camuflarse o esconderse y firmar con seudónimos o nombres inventados. Incluso hay quien concibe personajes -con nacimiento, muerte, actividad y preferencias de toda índole- con tal de escabullirse y escapar del renglón más cercano a la superficie. Una cosa es escapar, la otra es esconderse. Hasta puede que haya sido la personalidad de alguno de ellos, nada más.
En este sentido, me parece que Cesárea Tinajero fue exactamente eso, un vicio, una farsa, una apariencia, igual que sus poemas.