miércoles, 1 de agosto de 2007

Los detectives salvajes de Roberto Bolaño: Revisión de su recepción crítica en Chile

Carolina Navarrete G.















El objetivo del presente trabajo corresponde al análisis de la novela de Roberto Bolaño titulada Los detectives salvajes, intentando llevar a cabo una dinamización (1) de la crítica que ha generado esta obra, para lo cual se procederá a caracterizar los puntos que parecen ser claves en el proceso de la interpretación novelística y que abren brechas en el espacio narrativo haciendo posible un acercamiento desde perspectivas que intentan totalizar la obra.

Para entrar en el plano de la crítica literaria (2) que suscita esta novela podemos decir que dentro de los enfoques interpretativos y metodológicos que se han producido se escogerán preferentemente las aproximaciones críticas llevadas a cabo por los investigadores chilenos José Promis y Grínor Rojo quienes utilizan enfoques metodológicos, que permiten ciertos cruces donde la interacción teórica producida invita a una dinamización del mismo proceso crítico.

Dentro de la perspectiva asumida por Promis cabe destacar el lugar preponderante que le otorga a la figura de Roberto Bolaño dentro del ámbito cultural chileno y extranjero considerándolo como uno de los narradores hispanohablantes más notables del período finisecular y para quien la literatura es asumida como un modo de vida. En este sentido se vuelve importante mencionar el carácter autorreferencial que practica en varios de sus relatos y particularmente en la novela en estudio, constituyéndose, por ejemplo, la figura de Arturo Belano en una especie de alter ego ya que, como afirmaría el propio Bolaño (3) muchas de las situaciones por las que pasa el personaje reflejan circunstancias que a él mismo le han tocado vivir. Al respecto Promis señala que la frecuente autorreferencialidad utiliza “la experiencia vivida para ingresar desde allí en el territorio de lo imaginario y desde éste regresar a subvertir sus propios fundamentos (4), pareciera que Bolaño, desde sus personajes, se sumerge en la pesquisa de una literatura que busca manifestar un realismo visceral (5), es decir la manifestación de una percepción interior que no ceda a reglas que no emanen de ella misma posibilitando, de este modo, el acceso a una construcción rupturista de la realidad. En este sentido entramos en la dimensión de un espacio poético cuyo carácter rupturista y subversivo origina individuos obsesivos que ven en la práctica poética un “acto criminal” en tanto socava lo establecido, desmorona el canon y fragmenta las imágenes tradicionales del mundo. Pues bien, tomando en cuenta estas observaciones, Promis, se explica las inclinaciones de Bolaño hacia los discursos confesionales y la forma “negra” de la novela policíaca, constituyendo el viaje de Arturo Belano y Ulises Lima tras la pista de Cesárea Tinajero, la peripecia característica de la novela negra. Al respecto Grínor Rojo (6) va más lejos todavía sosteniendo que la novela de Bolaño revelaría una parodia del relato policial en el episodio que relata el curso de una riña bufonesca donde la mentada mujer “con su enorme humanidad” por única y ultima vez se hace presente entre el personal de la novela. Pues bien, cabe mencionar que este viaje que realizan los protagonistas, mencionado anteriormente por Promis es lo que Grínor Rojo traduce en la historia de una búsqueda cuyas interpretaciones constituyen uno de los aspectos más interesantes dentro de la perspectiva crítica asumida por Rojo. Al respecto el autor señala que esta búsqueda realizada en un Ford Impala hacia los parajes desérticos y los pueblos fantasmales del estado de Sonora corresponderían al retorno arquetípico de la madre, en este caso la madre mitológica del movimiento. Si consideramos este punto de vista, entonces, Belano y Lima serían los héroes de la novela de Bolaño que constituirían las dos caras de una misma moneda, de un sólo personaje que decide ser escritor pero antes de llevar a cabo su proyecto debe hacerse cargo de cierto legado, de cierta herencia obedeciendo a diversas razones que tienen que ver por una parte con el desengaño personal e histórico que experimenta, además de una educación guiada por el rupturismo y, con lo que finalmente moverá los hilos de esta historia, es decir, el encuentro con su fuente de origen porque “nadie, en ningún orden de cosas y mucho menos en el orden de la literatura, es un hijo de sí mismo” (7). Entonces, el retorno a la gran madre (Cesárea Tinajero), consignado en el episodio que otorga su forma a la acción central de Los detectives salvajes, es interpretado por Rojo como el punto cero de la modernidad literaria tanto mexicana como latinoamericana a la que Belano retorna antes de poner en marcha su propia máquina discursiva.

Otro aspecto interesante tratado por Rojo tiene relación con la aplicación a esta novela del modelo edípico Freudiano que Harold Bloom describe en el ensayo “Poetic Origins and Final Phases”, donde describe las cuatro etapas que caracterizan el proceso de formación del sujeto poeta, entendiendo una primera etapa donde el joven en el principio de su carrera se sumerge en el “mar de la poesía” avanzando a una segunda instancia caracterizada por la identificación de un precursor para, luego, en una tercera etapa deshacerse de éste y llegar a él mismo y encontrarse en la cuarta etapa ya en posesión de su persona, y de una obra ya realizada instalándose así en un lugar dentro del ámbito de la poesía. De esta manera se podría trazar una relación entre los postulados de Bloom y la obra de Bolaño, donde efectivamente encontramos a unos personajes, Belano y Lima, que una vez sumergidos en los abismos de un universo poético se identifican con una precursora (8) que corresponde a Cesárea, madre mitológica del movimiento, imponiéndose así un regreso al lugar de partida, al origen. Lo interesante de esta novela es que la condición para el cumplimiento de la tercera etapa bloomiana se logra a través de la muerte y desaparición definitiva de Cesárea. En esta novela se elimina al precursor a través de un balazo que podría interpretarse como un ritual exorcístico abriendo el camino para que el personaje que está tras la fusión entre Lima y Belano, que podría ser el mismo escritor de esta novela, quede en plena libertad de trazar su propia obra. Al respecto agrega Rojo:

“La muerte de Cesárea Tinajero, primera vanguardista de México, es esencialmente, en la novela que nos ha proporcionado Roberto Bolaño, la muerte de una cierta manera de concebirse el escritor a sí mismo y de concebir su creación. Es, en buenas cuentas, la muerte de un arte y una literatura de los que Octavio Paz [...] es el más celebrado de sus representantes” (9).

Es interesante mencionar la postura de Grínor Rojo quien ve en la figura de Cesárea Tinajero la versión femenina de Octavio Paz, ya que ella fue longeva, respetable y sobre todo activa del arte y la literatura de la vanguardia mexicana, latinoamericana y hasta pudiera ser mundial tal como lo fuese históricamente Paz, un vanguardista por excelencia y de más larga duración. De esta manera es posible inferir, que los personajes y a través de ellos el mismo Bolaño, al hacerse cargo de este legado, se vacían de la herencia que ha dejado Paz siendo partícipes y testigos de la muerte de las vanguardias y de la estética que ellas mismas defendieron, y sería en este panorama donde se alza o quiere alzarse la obra entera de Roberto Bolaño y de la cual “su novela del 98 es, como dirían Cristóbal Colón y Tomás Harris, ni más ni menos que un “diario de viaje”. (Rojo, 2003)

Un último aspecto que cabe destacar dentro del enfoque crítico adoptado por Rojo es el festín del arquetipo que presenta esta novela, irrumpiendo de esta manera la estética de Bolaño, caracterizada por una ironía mordaz que puede derivar en el sarcasmo sin contemplaciones de ninguna especie. Al respecto Rojo señala: “Bolaño se burla del motivo tradicional de la búsqueda, se burla de su variante psicoanalítica y se burla en fin de los rituales más sacrosantos del arte y la literatura modernos.” Cabe recordar que la figura de Cesárea es caricaturizada y alejada de lo que podría ser para Campbell la Diosa madre o la musa inspiradora, al contrario se la compara con la figura de un elefante o con la de una roca confundiéndola incluso con una tinaja.

De esta manera se ha trazado un recorrido por distintas perspectivas críticas e interpretativas de la novela de Bolaño destacando ciertos puntos que parecen ser claves para caracterizar su proyecto narrativo. Ahora bien, si retomamos los postulados de Promis podríamos profundizar más en lo relativo a la inclinación de Bolaño por la forma negra del relato policial, ante lo cual sería pertinente preguntarse si el libro Los detectives salvajes responde en cierta manera a esta estructura y en qué medida lo hace. Dado lo aproximativo de nuestro enfoque nos remitiremos a señalar ciertos aspectos que efectivamente responden a la novela negra, tales como la persistente búsqueda de la verdad originándose su objeto narrativo desde la necesidad de develar un hecho oculto / misterioso que nos mantiene intrigado. Otro rasgo que se aplica a la novela es el que tiene que ver con la acción esencial, en otras palabras, si entendemos la novela negra como una narración itinerante que describe ambientes y personajes variopintos mientras se persigue el fin, la investigación y la búsqueda, entonces, la novela de Bolaño evidenciaría estas características constituyéndose como narración que va de un lugar otro remitiéndose a un eje central que estaría dado por la búsqueda incesante de Cesárea Tinajero, sin embargo, y en esto radica su originalidad, esta novela no pretendería seguir el canon de la novela negra, sino más bien utilizarla como un puente para el planteamiento de un nuevo orden más bien subversivo cercano a la parodización. Ahora bien, cabe preguntarse si el planteamiento de Rojo referido a la burla del motivo de la búsqueda en la novela, obedece a la caricaturización del viaje mítico a la luz de Joseph Campbell y de ser así resultase interesante indagar acerca de cuales serían los modelos sobre los que predominaría la desmitificación de Bolaño. Así al considerar a Ulises Lima y Arturo Belano como los héroes de este relato tendríamos que tener en cuenta el proceso mismo de ‘heroicidad’ del cual son protagonistas nuestros personajes donde se muestran etapas coincidentes con el esquema de viaje mítico expuesto por Campbell y reformulado por Villegas en tanto nuestros héroes abandonan su forma de vida sintiendo el llamado a una zona desconocida (Los desiertos de Sonora) ante lo cual emprenden un viaje cruzando el umbral de la casa de los Font adquiriendo diversas experiencias en un constante morir y renacer de las esperanzas por alcanzar el ansiado encuentro con la poetisa, encontrándose con diversos personajes tales como la maestra amiga de Cesárea, la vieja india pápago y el ex torero Ortiz Pacheco entre otros los cuales funcionan como puentes que conducirán eventualmente a la consumación del objetivo inicial. Sin embargo, estos héroes adolecen de la apoteosis concebida por Campbell puesto que no existiría un héroe divinizado que alcance una liberación entendida como el desprendimiento de la conciencia y de su envoltura, sino más bien correspondería a otro tipo de liberación que tiene como condición previa la asistencia y provocación de la muerte de su precursora y la culpa de llevar consigo la historia de un crimen atroz en un umbral de pesadilla representado por el asesinato y el exilio, terminando sin la libertad de conciencia de que hablaba Campbell sino por el contrario, los héroes de esta historia consiguen una liberación que esta constituida en el exorcismo de una opción personal y estética y en una despedida de una cierta experiencia de la modernidad.



Notas

[1] Entendida como una revisión rápida, múltiple y variada de la recepción crítica de la novela en Chile.
[2] Nuestro estudio ha extraído los enfoques críticos de la producción novelística de Bolaño y, particularmente de la novela Los detectives salvajes, del libro Territorios en fuga, compilado por Patricia Espinoza.
[3] En la entrevista realizada por Dunia Gras Miravet, “Entrevista con Roberto Bolaño”, Cuadernos Hispanoamericanos, Nº 604, Madrid, 2000.
[4] Promis, José, “Poética de Roberto Bolaño”. Territorios en Fuga, 2003, p.51.
[5] Es interesante hacer notar que Roberto Bolaño, junto al poeta Mario Santiago, funda el “infrarrealismo”, movimiento que ingresaría a la novela Los detectives salvajes con el nombre de “real visceralismo”.
[6] Rojo, Grínor, “Sobre los detectives salvajes”, Territorios en Fuga, 2003.
[7] Ibid., p. 67.
[8] Distingo que no parece irrelevante a la luz de Grínor Rojo puesto que en el psicoanálisis de la madre que es padre es madre fálica y en la antropología chilena, la de Sonia Montecino y Jorge Guzmán, es la madre del ciudadano nacional por excelencia que es el “huacho.”
[9] Rojo, p.72-73.











Fotografía: Mario Santiago Papasquiaro, Ulises Lima en Los detectives salvajes