Roberto Bolaño no deja de hacer ruido en Estados Unidos. Si hace unas semanas fue a propósito de la censura a Los Detectives Salvajes en una cárcel de Texas, ahora es por una entusiasta y meticulosa reseña que “The New York Times Book Review” hizo de La Literatura Nazi en América. Bajo el ingenioso título de “El sonido y el Führer”, la novelista y crítica Stacey D’Erasmo se pregunta: “¿Quién dijo que la literatura no tiene el poder para influir en la historia? No fue Bolaño, sin duda. Para él la literatura es una carga sobria y vigorosa, una fuerza amoral que lleva el poder de inventarse a sí misma, de autojustificarse y automitificarse. Si Hitler hubiera ganado, entonces en esta enciclopedia estarían las no del todo descabelladas historias que habrían prevalecido en aquella circunstancia. ¿Es la poesía nazi un oxímoron? Ni siquiera un poco, afirma Bolaño. Por el contrario, es muy posible”.
Calificándolo como “el hijo sarcástico de Borges”, el texto analiza, además, la forma en que esta novela se articula con Nocturno de Chile y Los Detectives Salvajes, títulos publicados también por la vanguardista editorial neoyorquina New Directions. “Bolaño narra la historia de los escritores nazis y su incansable imaginación”, precisa la reseña. “Ellos continuarán escribiendo libros que nadie leerá, que nadie comentará y que, en gran medida, pasarán inadvertidos. Ellos son los perdedores, pero con una pasión increíble siguen obstinados en refutar a Voltaire, Rousseau y Sartre, así como reivindicando con sus versos a Il Duce”.
Calificándolo como “el hijo sarcástico de Borges”, el texto analiza, además, la forma en que esta novela se articula con Nocturno de Chile y Los Detectives Salvajes, títulos publicados también por la vanguardista editorial neoyorquina New Directions. “Bolaño narra la historia de los escritores nazis y su incansable imaginación”, precisa la reseña. “Ellos continuarán escribiendo libros que nadie leerá, que nadie comentará y que, en gran medida, pasarán inadvertidos. Ellos son los perdedores, pero con una pasión increíble siguen obstinados en refutar a Voltaire, Rousseau y Sartre, así como reivindicando con sus versos a Il Duce”.
Ilustración: Kim Demarco