martes, 28 de octubre de 2008

“La paternidad es lo mejor y también lo más terrible”. Entrevista a Roberto Bolaño

por Felipe Ossandón
14.02.2003





Soy un lector tardío de Bolaño. A pesar de que había escuchado hablar de él hace tiempo, recién hace un par de años lo leí por primera vez. Lo leí con desgano y soberbia. Y así me mantuve, mirándolo desde lejos, hasta que llegué a "Los Detectives Salvajes", novela de la que me hice adicto apenas leí la primera página. Desde ese día soy un fanático incondicional de su obra. Lo considero el mejor escritor chileno del momento (si es que se puede hablar de "mejor" o "peor" en ese pantanoso terreno de la creación literaria). Tal vez fue eso lo que me motivó a entrevistarlo. O tal vez fue el calor insoportable que me subió los humos a la cabeza. Y aunque no tengo nada específico que preguntarle, siempre es bueno escuchar lo que dice un tipo de verdad. Como sea, y no me pregunten cómo, conseguí el correo electrónico de Roberto y mantuve con él una cordial conversación a través de la fibra óptica.



¿A qué edad comprendiste que querías dedicarte a escribir?
A los quince. Cuando me fui de Chile. Pero en realidad eso nunca uno lo "comprende" o lo "entiende" de forma cabal. En términos generales yo no diría que me "dedico" a escribir. De hecho, en ocasiones ni siquiera sé muy bien qué es eso de escribir.

Durante mucho tiempo tuviste que dedicarte a trabajos que nada tuvieron que ver con la literatura. ¿En qué pensabas para no desfallecer?
No creo que exista ningún trabajo que no tenga que ver con la literatura. Hasta la limpieza de fosas sépticas tiene una relación con la literatura. Quizá ése más que ningún otro. ¿En qué pensaba para no desfallecer? En el premio Stalin al obrero ejemplar, naturalmente.

Escribes poesía y narrativa (cuentos y novelas) ¿Podrías explicar cómo distingues cuándo una idea o una imagen o una sensación, etc., es más indicada para un poema, para un cuento o para una novela?
Por la estructura, claro. Hay ideas con las que puedes construir un departamentito en la costa o una ruca en la montaña, pero no un edificio de veinte pisos. Y cuando digo estructura incluyo una vaga idea de música, un fraseo, una prosodia, que rápidamente me permite saber (aunque a menudo uno se equivoca) si una cosa va a tener veinte páginas o doscientas o mil. O una sola.

¿Escuchas música cuando escribes o lo haces en silencio? ¿Qué importancia tiene el rock en tu obra?
Antes solía escuchar música. Casi siempre rock y además a todo volumen. Pero desde que no limpio el cabezal de mi walkman (por pereza, claro, o por dejadez) escribo en silencio. Recuerdo que escuchaba a The Pogues, y a Dylan, claro. Y a un grupo que se llamaba Suicide y que no sé qué pasó con ellos. En realidad creo que sólo eran dos personas. Un grupo de dos muy radical. Y también a los Tri, un grupo mexicano.

Los detectives salvajes es un libro que remece, que le ha cambiado la vida a muchas personas (me incluyo) ¿Cómo cambió tu vida después de publicar ese libro?
En nada. Yo los libros, después de publicarlos, procuro olvidarme de ellos. Recuerdo los libros de otros, nunca cometo la imprudencia de tener presentes mis propios libros.

¿Tuviste conciencia de su importancia mientras lo escribías? ¿Crees que es tu mejor novela?
Como diría Nicanor Parra: "mala no es". Tampoco es mi mejor novela. ¿Cuál es mi mejor novela? No tengo idea. Sinceramente no lo sé. Yo diría, acaso, que la suma de tres o cuatro de ellas.

Tu última novela (Amberes), tuvo un dispar recibimiento de la crítica. ¿Estás satisfecho con los resultados?
Esa novelita me gusta mucho, tal vez porque cuando la escribí yo era otro, en principio mucho más joven y tal vez más valiente y mejor que ahora. Y el ejercicio de la literatura, entonces, era mucho más radical que ahora, que procuro, dentro de ciertos límites, ser inteligible. Entonces me importaba un comino que me entendieran o no.

Con respecto a eso mismo ¿Cómo mides tú los resultados de una novela: por las ventas, por la crítica, por las felicitaciones en la calle?
Jamás. Si eso fuera un barómetro mejor el fuego. En realidad los resultados de una obra los disfruta o los sufre el autor de esa obra en el momento de concebirla. Una vez hecha, ya está, se acabó. El resto, en el mejor de los casos, son conversaciones con amigos, tu novela como mero pretexto para hablar de cosas más importantes como la épica en Tolstoi o los motivos de beligerancia entre parnasianos, simbolistas y decadentes. O para hablar del tiempo o de la guerra, que prevalece, o del suicidio.

¿Crees que si nunca hubieras salido del "horroroso Chile" habrías logrado escribir como lo has hecho hasta ahora (en cantidad, en calidad, en temática)?
Hubiera escrito otras cosas, o me habrían matado después del 11 de septiembre. Eso nunca lo sabré.

¿Es importante salir de aquí para convertirse en un buen escritor?
De ningún modo. No sé qué se debe hacer para ser un buen escritor. Leer mucho y vivir mucho, supongo. Ser muy valiente y también ser prudente. No lo sé. Sí sé qué hay que hacer para ser escritor. Y no es necesario, no es un requisito, irse de su país. Basta con ser paciente y tener sentido del humor.

¿Qué le dirías a un escritor joven para que huya despavorido de la literatura, para que no vuelva a pulsar una tecla?
Soy incapaz de decirle a nadie algo así, menos aún a un joven.

Tu próxima novela está ambientada en 2666 ¿Cómo crees que será el planeta en ese año? ¿Crees que, al paso que vamos, la humanidad llegará a esa fecha?
No, mi novela no está ambientada en ese año. No es una novela de ciencia ficción. Hay un nexo con esa fecha, pero nada más. ¿Si llegaremos al siglo XXVII? Probablemente. Aunque para entonces, de eso estoy seguro, no nos va a reconocer ni la madre que nos parió.

¿Podrías referirte brevemente a esa novela?
No.

¿Cuál es tu posición frente a la guerra en Irak?
Me parece mucho más terrible la muerte diaria de miles de africanos por el sida, la malaria, el hambre, y que no concita las protestas de nadie. La guerra de Irak será una guerra colonial más, es decir una guerra presegunda guerra mundial, entre un imperio y una tiranía fascistoide.

Sugiere un seudónimo para George W. Bush.
Ninguno.

¿Cómo es tu vida en Blanes? ¿Tienes un horario para escribir o lo haces cuando te dan ganas? ¿En qué ocupas el resto del tiempo?
Últimamente mis horarios están un poco dislocados. Escribo mucho, corrijo mucho, leo, veo a mis hijos. El resto del tiempo lo ocupo en dormir y tener pesadillas tipo Wes Craven.

Pensaste algún día que llegarías a tener el estilo de vida que tienes (dedicado 100% a la literatura)?
Alguna vez. Pero nunca fue algo muy importante. En realidad siempre estuve dedicado a la literatura a tiempo completo.

¿Qué libro estás leyendo actualmente?
Una antología sobre escritoras románticas alemanas y "Los Bioy", el libro de memorias de la sirvienta de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares.

¿Cuál fue la última película que viste?
Vi dos. Una de gángsters, que me defraudó, de Tom Hanks y Paul Newman. La típica película de la canalla sentimental semi ilustrada. Y una de guerra, de Ridley Scott, creo que se llamaba Blackhawk derribado o algo así, que me pareció muy entretenida, aunque el guión era un poco exagerado, pero la película la vi con gran gusto, muy buen ritmo, trepidante, como suelen decir los críticos, un ritmo sostenido y la mayor parte de las veces austero, aunque el guión flaqueaba cuando intentaba mostrar el trasfondo político.

¿Has escrito o escribirías guiones para cine o televisión? ¿Te interesa ese formato?
No.

En Chile ha llegado la moda de los reality shows. Gente que se encierra en una casa y es filmada las 24 horas del día, como hamsters multimediales, con el único objetivo de ser famoso ¿Qué opinas de ese fenómeno?
La televisión es como un albañal sin fondo. Lo peligroso es que a menudo, y eso tal vez convierta a la televisión en arte, es también nuestro espejo. El espejo cotidiano.

¿Cuánto te importa la fama? ¿Qué tanto pesa el ego en el trabajo de un escritor?
La fama es una estupidez, sobre todo referida a la literatura. El ego, por otra parte, no tiene nada que ver con la fama. Yo siempre he despreciado a la fama y sin embargo mi ego siempre ha estado allí, gozando de una salud óptima que ya quisiera yo para otras partes de mi cuerpo.

Cualquier escritor podría estar más que satisfecho con lo que tú has conseguido hasta ahora ¿Qué metas te has propuesto para el futuro? ¿Esperas más premios, más dinero, más admiradores, o simplemente más tranquilidad?
Yo nunca he esperado nada para mí. Espero que mis hijos, por ejemplo, puedan vivir en un mundo más tolerante, más "razonable" que el que me tocó a mí. Esta es una debilidad o una legítima aspiración que comparto, supongo, con todos los padres. Pero para mí no espero ni he esperado nada. Tal vez el golpe de dados del que hablaba Mallarmé, pero porque sí, gratuitamente, para ver qué pasa.

¿Cómo ha afectado tu vida el surgimiento de internet?
Escribo más cartas que antes. O tal vez deberíamos precisar: escribo más postales que antes. Y la postal es a una carta lo que un garrote a una ametralladora. Es probable que gracias a internet la gente escriba más. Lamentablemente no creo que eso signifique que lea más.

¿Por qué crees que ya entrado el siglo 21 y tomando en cuenta la existencia del cine, la televisión, los videojuegos e internet, hay gente que sigue interesada en leer y escribir ficción a través un objeto tan primitivo como un libro?
Por la misma razón que hay gente que prefiere colgar en una pared un cuadro de Picasso o Barceló antes que una foto recortada de un periódico cualquiera. Por educación. Por cierto gusto. O, si prefieres un símil deportivo, por la misma razón que hace que los jugadores de verdad no apuesten su vida en una partida de ludo o de monopoly y prefieran seguir utilizando la vieja y más emocionante ruleta rusa.

¿Podrías describir exactamente qué ropa llevas puesta al momento de responder este cuestionario?
Bluejeans, zapatos negros Martinelli, suéter de lana, chaqueta de cuero negra, un cigarrillo en la mano izquierda.

Llena los espacios en blanco: La poesía es:____ La novela es:____ El cuento es:____
Esto no se puede responder.

En tu poema "Godzilla en México" el hablante se dirige a su hijo en una situación catastrófica. En el cuento "Últimos atardeceres en la Tierra" un padre y su hijo viven unas vacaciones bastante siniestras. ¿Cuál es, en tu opinión, el mejor consejo que le has dado a tu hijo? ¿Qué importancia le das a la paternidad?
El mejor lo escuché en una película norteamericana: "Nunca apuestes contra un jugador que tenga de apodo el nombre de una ciudad". La paternidad es lo mejor y también lo más terrible porque vuelves a ser infinitamente vulnerable.

Por último ¿Qué estabas haciendo antes de responder este cuestionario y qué vas a hacer inmediatamente después de que lo termines?
Estaba leyendo las noticias deportivas en un bar y soportando el frío atroz que parece no acabar nunca. Y ahora, justo ahora, volveré a salir a la calle e iré a mi apartado de correos, a ver si tengo alguna carta.