martes, 21 de octubre de 2008

Le mando un beso

por Aurora Viña
www.abc.es, 03.05.2008
Nº 848




Los grandes escritores en papel desprecian los blogs. Hay quien diría que son cosas de la edad y de los derechos de autor.

En el siglo XX, la revista generacional y el manifiesto que anunciaba nueva escuela eran las armas de combate del escritor en ciernes. A comienzos del XXI, los han sustituido los blogs literarios, casi siempre individuales, pero contra lo que pudiera parecer las diferencias resultan mínimas: entonces y ahora hay más publicaciones que lectores, pasan desapercibidas y los autores se valen del desparpajo y la osadía.

Las primeras bitácoras se crearon hace poco más de una década, así que todavía es pronto para saber si los blogs literarios reavivarán también viejas tradiciones, como los dietarios y los folletines de los periódicos del siglo XIX, o si darán lugar a algún nuevo género. Lo seguro es que se han convertido en plataforma del escritor novel, mientras que para el consagrado parece sólo asunto de albaceas. Como en el caso de Josep Pla, cuya fundación ha tenido la feliz idea de ir colgando en la red las anotaciones que hizo en El quadern gris los mismos días de hace noventa años. Sábado 8 de marzo de 2008: «Com que hi ha tanta grip, han hagut de clausurar la Universitat».

También tiene blog el novelista Roberto Bolaño, que falleció en 2003. Se lo abrió hace unos meses el escritor Carlos Almonte. El Archivo Bolaño incluye textos del autor, entrevistas, análisis, fotos y noticias que ayudan a comprender su obra. Como esta: el Departamento de Justicia Criminal de Tejas ha prohibido al recluso número 1385412 comprar Los detectives salvajes porque resulta contraproducente para la rehabilitación del reo. Bolaño estaría de acuerdo: «La literatura, como diría una folclórica andaluza, es un peligro», explicó al recibir el Premio Rómulo Gallegos por su novela.

El Archivo Bolaño incluye aquel discurso y numerosas declaraciones en las que considera a Javier Marías, tal vez con razón, el mejor prosista español vivo. Marías tiene página oficial desde 2004 y, como es hombre con sentido del humor, la llama blog. No escribe nada en él, pero le sirve para archivar los artículos impresos, así como los que se dedican a su obra y, en ocasiones, a la de su padre, Julián Marías, al dios tutelar Juan Benet y a los libros que edita el Reino de Redonda. Si el blog de Marías fuera realmente un blog, sería el único en el mundo que no publica comentarios de los lectores.

A Bolaño y a Javier Marías los une además haber aprovechado la entrega del Premio Rómulo Gallegos para las confidencias: «Escribo para no tener jefe y para no madrugar», reveló Marías al recibir el suyo por Mañana en la batalla piensa en mí. Este desapego de los escritores hacia los jefes amenaza con convertirse en plaga, y por eso apenas sorprende que el poeta Tomás Segovia confesara exultante tras jubilarse: «No es sólo andar suelto por las calles, no tener horarios, ni compromisos encadenantes, ni jefes; es sobre todo no tener ni siquiera la figura de un jefe».

Lo escribió en el cuaderno de notas inédito que lleva desde su primera juventud y que ha comenzado a colgar en El blog de Tomás. Lo abrió en noviembre de 2007 y es aún exiguo, pero se trata de una auténtica bitácora. Hay traducciones y poemas inéditos, notas de actualidad y bibliografía reciente. También comentarios de lectores, que prueban que Javier Marías se equivoca al no admitirlos: «Le entrevisté hace poco para Canal Extremadura Radio. Y, cuando le estaba haciendo la entrevista, yo pensaba una cosa que no le dije. Pero se la digo ahora: es de las personas más excitantes que he conocido. En el sentido que usted le quiera dar. Le mando un beso».

El mismo entusiasmo sienten los lectores por Félix de Azúa, y cada una de las entradas de su blog recibe entre 200 y 300 comentarios. Azúa escribió casi diariamente en él durante un año, entre 2005 y 2006, y los análisis y glosas, siempre lúcidos y provocadores, eran un festín para la inteligencia. A partir de enero de 2007, el blog se limitó a acoger los artículos, noticias y entrevistas publicados en papel. Una pena. Porque Azúa demostró que, cuando hay talento, empieza a verse con claridad algo de lo que es la bitácora literaria: la forma más libre e intensa de relación entre el autor y el lector. Y por eso a veces hasta hay besos, muchos besos. En el sentido que el escritor les quiera dar, por supuesto.