ABC.es. 29.09.2013
El escritor chileno Jorge Edwards y destacados
periodistas
recuerdan en Segovia la obra del autor de 2666
Roberto Bolaño fue periodista, poeta, novelista
y, ayer, intelectual inolvidable. Su temprana muerte a los 50 años y su vida
reservada impidieron conocerle a muchos de quienes hoy le admiran. Su
compatriota chileno Jorge Edwards es uno de los privilegiados que
intercambió inquietudes literarias con el exponente del infrarrealismo «de
lengua áspera». Ayer abrió el ciclo “Leyendo a Bolaño” hablando de aquel
chileno «excéntrico que escribía de forma torrencial y tiraba sus papeles a un
baúl». De ese baúl han salido obras como Los
detectives salvajes, que el embajador chileno le presentó en Barcelona
«cuando nadie lo conocía» o Nocturno de
Chile, obras «duras» de un artista que escribía rápido para ganarle minutos
a su enfermedad.
Maniático escritor
Para Edwards, Bolaño también era «un maniático escritor,
un escritor para escritores» que produjo una prosa surrealista «muy original»
apenas estudiada. También fue «un descubridor provinciano que se confrontó con
la literatura del mundo». Empezó a hacerlo a los quince años, cuando emigró a
México con su familia. Edwards lo conoció más tarde en casa de Juan Valdivieso,
y no tardó en aficionarse a su literatura «dura con elementos compasivos».
Los periodistas también quisieron recordarle, y lo
hicieron leyendo varios de sus textos. Fernando R. Lafuente, redactor jefe del
suplemento ABC Cultural, eligió Amberes,
la única obra de la que el autor no se avergonzaba (según sus propios dichos).
Una novela policíaca que Lafuente definió como «un sueño alucinado» sin
resolución. El periodista de El Confidencial Peio Riaño explicó El gaucho insufrible, el último cuento
escrito por Bolaño. Antonio Lucas, de El Mundo, rescató la poesía de su primera
juventud, inspirada en la de los bardos provenzales. Finalmente, el periodista
de El País Jesús Ruiz Mantilla confesó con humor que no le gusta Bolaño por su
estilo «inacabado, sin solución de continuidad».