lunes, 11 de noviembre de 2013

Pierre Menard, autor de Bolaño

por Fabián Soberón
Revista Espéculo. Universidad Complutense de Madrid, 2006














Mi función se redujo a preparar bebidas, consultar algunos libros,
y discutir, conél y con el fantasma cada día más vivo de Pierre Menard,
la validez de muchos párrafos repetidos.
            Roberto Bolaño



1

La narrativa de Roberto Bolaño puede concentrarse en una expresión: Todo lo real es literatura [1] (o puede convertirse en literatura) y toda la literatura puede influir en la vida. Creo que esta fórmula doble condensa sus operaciones narrativas.

Esta primera nota sobre Bolaño nos adelanta el centro de su poética. Recuerdo las palabras de Auxilio Lacouture en Los detectives salvajes: “Y estaba sentada en el wáter, con las polleras arremangadas, como dice el poema o la canción, leyendo esas poesías tan delicadas de Pedro Garfias, que ya llevaba un año muerto, Don Pedro tan melancólico, tan triste de España y del mundo en general, qué se iba a imaginar que yo lo iba a estar leyendo en el baño justo en el momento en que los granaderos conchudos entraron en la universidad”.

Auxilio Lacouture es la madre de todos los poetas mexicanos [2] y lee la poesía de Pedro Garfias en el baño, en el centro del torbellino de Tlatelolco. Creo que esta escena es la cifra de las combinaciones fluctuantes entre vida y literatura en la narrativa de Bolaño. Es decir: toda la literatura influye en la vida y todo lo real puede convertirse en literatura.



2

Las ciudades de Bolaño [3] (México, Santiago de Chile, Barcelona, París) no festejan lo maravilloso, no cantan la alegría de la selva o el exotismo del mundo primitivo. La ciudad para Bolaño es el escenario del exceso, de la lujuria, pero también del asesinato, del golpe de Estado, de la tristeza colectiva, de la muerte colectiva, del sexo en el centro de la desesperación y del desasosiego.

Bolaño escribe un elogio de la ciudad y del fracaso en la ciudad.
 


3

Piglia dice que Roberto Arlt es el mejor escritor político porque no busca reflejar ingenuamente la realidad política [4]. Eso que Piglia dice sobre Arlt se podría decir de Roberto Bolaño.

Bolaño parte del supuesto desde el que parte Piglia (aunque no lo diga): no hay realismo ingenuo, no es posible el realismo ingenuo. El escritor realista y el escritor “esteticista” escriben ficciones cuando quieren “copiar” lo real. Todo relato es una ficción. La mejor manera de escribir sobre política es no hablar nunca, de manera explícita, sobre política.



4

Menard [5] es, ante todo, un lector. Es un lector “simbolista” contemporáneo de William James y de Bertrand Russell. Lee el Don Quijote en los inicios del siglo XX.

Debido a la historia, madre de la verdad, Menard no puede leer (escribir) el Don Quijote como lo hiciera Cervantes en el siglo XVII. Menard está condenado por la historia a leer otro Quijote.

Algo fundamental es que Menard, como lector, ha seleccionado algunos fragmentos del Don Quijote de Cervantes. La lectura es, para Menard, una operación de escritura. Escribir es un modo de leer. Leer, seleccionar fragmentos, es un modo de la invención literaria. Menard inventa otro Quijote por la condena de la historia. Es decir, como lector del siglo XX, está condenado a inventar, a ser el otro autor del Don Quijote.

Bolaño, lector de “Pierre Menard, autor del Quijote”, inventa otro Pierre Menard por la condena de la historia.

Pierre Menard es el autor de Bolaño, o mejor sería decir, Bolaño es el autor de Pierre Menard. Pierre Menard, la teoría de Borges [6] llamada Pierre Menard, ha influido de tal manera en Bolaño (en la idea que Bolaño tiene de la literatura) que éste ha terminado escribiendo como un lector de Pierre Menard. Una de las claves de Los detectives salvajes está en su bovarismo de Pierre Menard.



5

Los antecedentes de Bolaño: Plutarco, Giorgio Vasari [7], Marcel Schwob [8], Borges. Bolaño es una especie de Borges que está escribiendo Pierre Menard, después de leer una versión de Hemingway de las “vidas imaginarias” de Schwob.



6

Carmen Boullosa [9] sugiere que la narrativa de Bolaño entrecruza dos tradiciones: la literatura fantástica de Silvina Ocampo y Bioy Casares con el realismo de Vargas Llosa. Creo que esa genealogía es errada. La obra de Bolaño, especialmente Los detectives salvajes, combina en una trama inextricable el realismo (el caso de Kafka o de Hemingway es paradigmático) con el esteticismo de Borges y no con la literatura fantástica.

Bolaño constata a Pierre Menard. Lee a Borges como Pierre Menard leía a Cervantes. Sin embargo, Bolaño es un Menard que no sólo selecciona fragmentos de la literatura de Borges sino que, además, desplaza su influencia. Como Carlos Argentino Daneri, como el personaje de Borges, Ulises Lima y Arturo Belano son lectores y escritores. Sin embargo, como los personajes de Kafka o de Hemingway, sus destinos están unidos a un aciago mundo de aventuras. Los poetas “malditos” de Bolaño viven y sienten de manera inapelable la fugacidad y el sin sentido de la vida.



7

Para Platón, Verdad, Bien y Belleza son una tríada que conforman una unidad. Bolaño es un antiplatónico. Ruiz Tagle, Lima y Belano no cumplen el dictamen de Platón. Son escritores que no creen que la belleza se identifique con el bien.

El problema del mal, uno de los grandes problemas éticos, asalta continuamente a sus personajes. La droga, el crimen, la traición son las diferentes formas del mal. Y los poetas o los lectores de poesía viven inmersos en disyuntivas éticas.

Bolaño problematiza en sus relatos y novelas las relaciones entre poesía y maldad. Ruiz Tagle, Lima, Belano son artesanos malditos, son esteticistas y, al mismo tiempo, grandes violadores del orden establecido.

Como Kafka, Bolaño mantiene una apasionada relación con la literatura. Sin embargo, el chileno cuestiona irónicamente el sistema de la literatura. Revela el lado oscuro de la máquina: revela los premios y los castigos del mundo de la literatura.



8

El relato de Don Pancracio [10] puede leerse como la síntesis de la vida de los poetas en Los detectives salvajes. La novela es la historia de la vida oculta y perversa de la selva de los poetas. En la ciudad de los poetas, antítesis de la ciudad platónica, el desorden y el olvido, marcan su destino.

Ulises Lima y Arturo Belano ejercen el antiguo oficio de la poesía. Pertenecen al grupo de los realvisceralistas. Son los detectives salvajes de la literatura y buscan el rastro difuso de Cesárea Tinajero, mítica poeta de la vanguardia mejicana.

Lima y Belano representan una paradoja: ellos mismos, investigadores infatigables de Cesárea Tinajero, ellos mismos como poetas, están perdidos en la ciudad vasta de la literatura.



9

¿Por qué una gran novela, una novela épica, una novela que es la sucesión infinita de historias que se cruzan y se deshacen, es una novela sobre poetas?

¿Por qué esta novela no narra el destino de unos narradores? ¿Por qué los detectives para ser salvajes tienen que ser poetas?

Cuando me hacía estas preguntas pensé en Gombrowicz: “no hay que hablar poéticamente de la poesía”. Aunque claro, el gran problema de la novela no es la poesía sino el fracaso.



10

Piel Divina le cuenta la historia de las aventuras de Ulises Lima y de Arturo Belano a Luis Sebastián Rosado. Le dice que a esa historia se la contó María Font y que a María Font se la había contado su padre, Joaquín Font. Piel Divina recuerda que Joaquín Font estuvo internado en un manicomio.

Este hombre excéntrico está loco y tiene la versión verdadera sobre el destino de los detectives. Solo él sabe, anticipadamente, que Ulises Lima se ha perdido. Solo un loco puede saber lo que no se ve. Joaquín Font tiene la verdadera versión del futuro. Como la loca del relato de Piglia, sabe o adivina lo que otros no ven.



11

Tanto Piglia como Bolaño utilizan modos indirectos para hablar de las atrocidades de la dictadura. En Estrella distante, Bolaño relata la historia de Ruiz Tagle o Wieder. Wieder es un poeta visual, un poeta que vuela en una avioneta por el cielo de Chile y que escribe con humo los versos celestes. Una noche, Wieder presenta, en su propia habitación, una exposición vanguardista de fotografías. Las imágenes han sido tomadas unos instantes antes de que las personas fueran asesinadas.

En Los nudos blancos [11], Piglia cuenta que en el sur de Argentina hay unas extrañas marcas de cal. Posteriormente, se descubre en el relato que se trataba de fosas en donde eran enterrados los desaparecidos.



12

El físico danés Niels Bohr formuló el principio de complementariedad. El principio, en una versión breve, reza: dos realidades o dos aspectos de una realidad que han sido considerados como opuestos en la física clásica, son complementarios para la física cuántica.

Si pensamos en una analogía a partir del principio de complementariedad, se puede decir que lo que eran rasgos diferentes o poéticas opuestas para la anterior literatura latinoamericana (la crítica consideraba como opuestos a la tendencia realista y a la literatura fantástica-esteticista), en la narrativa de Roberto Bolaño son complementarios. El esteticismo de Borges y el realismo narrativo no son opuestos para el chileno sino complementarios.

Entonces digo: Bohr, Borges, Bolaño. Según una lectura atenta de Borges, según el principio de Niels Bohr, Bolaño ha reformulado las poéticas de la última narrativa en Latinoamérica.




Notas
[1] “Mi manera de vivir está organizada únicamente en función de escribir”, le dijo Kafka a Felice Bauer. Bolaño le debe a Borges lo que Borges le debe a Kafka: la afirmación absoluta y pasional de que todo es literatura o de que todo puede convertirse en literatura.
[2] Roberto Bolaño, Los detectives salvajes, Ed. Anagrama, Barcelona, 2004.
[3] “A veces sueño que estoy en una ciudad que es México pero que al mismo tiempo no es México”, confiesa Joaquín Font en Los detectives salvajes.
[4] Ricardo Piglia, Crítica y ficción, Ed. Seix Barral, Bs. As., 2001
[5] Jorge Luis Borges, Ficciones, Obras Completas, Tomo 1, Ed. Emecé, Bs. As., 1994.
[6] “Decir que estoy en deuda permanente con la obra de Borges y Cortázar es una obviedad”, escribió Roberto Bolaño.
[7] Giorgio Vasari, Vidas de pintores, Ed. Sudamericana, Bs. As., 1996.
[8] Marcel Schwob, Vidas imaginarias, Ed. Emecé, Bs. As., 1998.
[9] Celina Manzoni (Compiladora), Roberto Bolaño. La escritura como tauromaquia, Ed. Corregidor, Bs. As., 002.
[10] Este es el texto de la novela: “Una vez, dijo Don Pancracio, Monteforte Toledo me puso sobre el regazo este enigma: un poeta se pierde en una ciudad al borde del colapso, el poeta no tiene dinero, ni amigos, ni nadie a quien acudir. Además, naturalmente, no tiene intención ni ganas de acudir a nadie. Durante días vaga por la ciudad o por el país, sin comer o comiendo desperdicios. Ya ni siquiera escribe. O escribe con la mente, es decir delira. ¿Cómo se salva?”
[11] Los nudos blancos integra la novela La ciudad ausente de Ricardo Piglia.