Por Leonardo Riquelme
La Tribuna. Los Ángeles, Chile. 12.12.2016
La Tribuna. Los Ángeles, Chile. 12.12.2016
A simple vista no hay
comparación entre la Ciudad de México, la urbe más populosa de América y receptáculo
de artistas; Barcelona, el nuevo polo artístico-culinario-cultural del mundo;
Gerona y Blanes, hermosas ciudades catalanas a un paso de idílicas costas del
mediterráneo, y nuestra creciente y pujante ciudad en el corazón de la región del
Biobío.
Sin embargo hay algo
secreto en nuestras calles, memorias en barrios tradicionales, historias en
salones derruidos de un viejo edificio liceano y recuerdos de muchos angelinos que
nos hermanan a esas ciudades. Un hombre. Un escritor salvaje.
En 2003 se apagó la vida de
este hombre que fue un angelino más en la década de los sesentas. Había dejado
la ciudad y el país, pero caminó por nuestras calles, estudió en nuestro liceo
más emblemático y en Los Ángeles decidió convertirse en poeta, en escritor.
Decisión que hizo realidad a duras penas y como premio logró encumbrarse en lo
más alto del mundo literario internacional.
Críticos y medios
intelectuales de renombre lo catalogan al lado de Borges y Cortázar. Su obra ha
sido elegida como una de las mejores de la lengua hispana superando a escritores
de renombre. Y aún pueden verse angelinos, vecinos nuestros, que son familiares
cercanos del ciudadano Roberto Bolaño.
La relación de Roberto con
Los Ángeles es desconocida para la mayoría de nosotros, sin embargo, su
historia surge con la llegada de la familia Bolaño a principios del siglo pasado
desde España.
Cuando hablamos de alguien cuyas
novelas, cuentos y poesía han sido traducidos al inglés, francés, italiano y
alemán entre otros; cuando hablamos de alguien a quien le han hecho
documentales y sus libros han llegado al teatro y al cine, cuesta creer que su
padre nació en esta ciudad y que él mismo vivió parte importante de su
adolescencia acá. El escritor Roberto Bolaño
nació en Los Ángeles y es necesario que homenajeemos su memoria.
Tenemos la oportunidad
única de hacer justicia con el hombre, el adolescente, el liceano, el joven que
germinó literariamente en esta ciudad. Tenemos la oportunidad de dar renombre al
antiguo edificio del ex internado del Liceo de Hombres que pronto renacerá en
un nuevo centro cultural para la
provincia. Tenemos la oportunidad de hacer que el Centro Cultural Roberto Bolaño
sea un faro mundial que posicione a la ciudad en el mapa internacional.
Ya no sólo Barcelona tendrá
su homenaje en la calle Tallers; Gerona, la calle Roberto Bolaño; la Biblioteca
Comarcal de Blanes, su sala en honor al chileno; la Universidad Diego Portales,
su cátedra abierta; el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, su
premio Roberto Bolaño a la creación
literaria joven; Quilpué, la placa que lo homenajea; salones internacionales y
ferias del libro en Europa y América tendrán sus homenajes, y la Ciudad de México,
una ruta turística de Bolaño; pero Los Ángeles, no Los Ángeles de California,
nuestra ciudad salvaje, tendrá un centro cultural que llevará su nombre y eso
es necesario como angelinos que somos.
El
Liceo de Hombres, “diseñado por algún ayudante del diablo”,
donde estudió
Bolaño la secundaria y que próximamente será un centro cultural.