El Mostrador, 15.07.2002
Aún sin cumplir medio siglo, el escritor chileno residente en España ya concita el inusitado interés de críticos y académicos para pensar su trabajo literario. Sin embargo, sus pares, salvo honrosas excepciones, se excluyeron de participar en el proyecto por "odiosidades personales y porque Bolaño genera una envidia atroz", según Patricia Espinoza, compiladora del libro.
Considerado por muchos como uno de los mejores exponentes de la narrativa latinoamericana de la actualidad, Roberto Bolaño -hombre mordaz y con lengua tan brava como su pluma- está constituido por una experiencia tan jugosa que le permite nutrirse a destajo para crear sus obras. De ella toma intensos sorbos y se inspira para armar y desarmar relatos, fusionando y friccionando elementos reales con la ficción que irrumpe desde la imaginación de este escritor nacido en 1953 en Santiago y que desde hace más de dos décadas se transformó en un trotamundos en busca de una estabilidad que al parecer ya encontró en Blanes, España.
Quienes desean exprimir y sacar desde las letras el espíritu que hay tras su creación, son críticos y académicos que, encabezados por la académica de la Universidad de Chile y Católica Patricia Espinoza, están trabajando en torno a la producción literaria de Bolaño, producción que abarca la poesía, el cuento y la novela. "El objeto temático es Roberto Bolaño, pero también subyace el fin de advertir y dar a conocer una oleada de nuevos críticos, porque estoy hasta la coronilla de escuchar criterios decadentistas, principalmente del mundo académico, que suponen que la crítica se acabó con Ignacio Valente (José Miguel Ibáñez Langlois), siendo que él se retiró hace quince años. A mí me parece una ignorancia atroz suponer que el mundo empieza y termina con Valente", sentencia la crítica.
Si bien la académica argentina Celina Mazoni está editando un trabajo similar junto a otros escritores, el libro de Patricia Espinoza se diferencia por reunir ensayos críticos inéditos hecho especialmente para la ocasión. El de Mazoni es de textos ya publicados en distintos medios latinoamericanos.
Para evitar cualquier tipo de suspicacias, Espinoza recalca una y mil veces que el libro no es un homenaje. Es más, la editorial responsable del proyecto, Frasis le ofreció que Bolaño escribiera algunas líneas en el libro, a lo que ella se opuso tajante, ya que "me parece indecoroso, pues parecería que está legitimando el libro y eso sería muy poco serio como crítica", rubrica la compiladora.
"En Chile existen listas negras y Bolaño está en una"
El autor de la laureada Los Detectives Salvajes, Nocturno en Chile y Putas Asesinas, genera todo tipo de sentimientos. Todos, menos indiferencia. A la conocida rencilla literaria que ha sostenido con Luis Sepúlveda y Hernán Rivera Letelier, la que más le sigue penando es la mantenida con Diamela Eltit, luego que escribiera en la desaparecida revista española Ajoblanco las impresiones que le surgieron luego de ir a comer a la casa de la escritora y esposa del ex ministro Jorge Arrate: "Estamos en la mesa, comiendo la cena que Jorge personalmente ha preparado. No hay carne. Alguien en la casa es vegetariano y presumiblemente ha impuesto su dieta sobre los demás. En cualquier caso, es Jorge el que cocina y no lo hace nada mal. A mí la comida vegetariana me sienta como una patada en el estómago, pero me como todo lo que me ponen. Diamela mira a Jorge y luego mira a mi mujer, Carolina, y luego a Lina y al novelista Pablo Azócar, el quinto comensal, y a mí no me mira. Tengo la impresión de que le he caído mal. O tal vez Diamela es excesivamente tímida".
De ahí en adelante, Eltit no ha querido saber nada de Bolaño, razón por la cual se negó rotundamente a participar en el proyecto cuando Patricia Espinoza la invitó. Junto a Diamela Eltit, "todo su grupo se negó. Incluso, hubo alguien que me dijo que Bolaño es una mala persona y que no escribía sobre malas personas. Eso es un reflejo de la bajeza, del conventilleo y la mediocridad que abunda en el medio chileno", comenta Espinoza.
Considerado por muchos como uno de los mejores exponentes de la narrativa latinoamericana de la actualidad, Roberto Bolaño -hombre mordaz y con lengua tan brava como su pluma- está constituido por una experiencia tan jugosa que le permite nutrirse a destajo para crear sus obras. De ella toma intensos sorbos y se inspira para armar y desarmar relatos, fusionando y friccionando elementos reales con la ficción que irrumpe desde la imaginación de este escritor nacido en 1953 en Santiago y que desde hace más de dos décadas se transformó en un trotamundos en busca de una estabilidad que al parecer ya encontró en Blanes, España.
Quienes desean exprimir y sacar desde las letras el espíritu que hay tras su creación, son críticos y académicos que, encabezados por la académica de la Universidad de Chile y Católica Patricia Espinoza, están trabajando en torno a la producción literaria de Bolaño, producción que abarca la poesía, el cuento y la novela. "El objeto temático es Roberto Bolaño, pero también subyace el fin de advertir y dar a conocer una oleada de nuevos críticos, porque estoy hasta la coronilla de escuchar criterios decadentistas, principalmente del mundo académico, que suponen que la crítica se acabó con Ignacio Valente (José Miguel Ibáñez Langlois), siendo que él se retiró hace quince años. A mí me parece una ignorancia atroz suponer que el mundo empieza y termina con Valente", sentencia la crítica.
Si bien la académica argentina Celina Mazoni está editando un trabajo similar junto a otros escritores, el libro de Patricia Espinoza se diferencia por reunir ensayos críticos inéditos hecho especialmente para la ocasión. El de Mazoni es de textos ya publicados en distintos medios latinoamericanos.
Para evitar cualquier tipo de suspicacias, Espinoza recalca una y mil veces que el libro no es un homenaje. Es más, la editorial responsable del proyecto, Frasis le ofreció que Bolaño escribiera algunas líneas en el libro, a lo que ella se opuso tajante, ya que "me parece indecoroso, pues parecería que está legitimando el libro y eso sería muy poco serio como crítica", rubrica la compiladora.
"En Chile existen listas negras y Bolaño está en una"
El autor de la laureada Los Detectives Salvajes, Nocturno en Chile y Putas Asesinas, genera todo tipo de sentimientos. Todos, menos indiferencia. A la conocida rencilla literaria que ha sostenido con Luis Sepúlveda y Hernán Rivera Letelier, la que más le sigue penando es la mantenida con Diamela Eltit, luego que escribiera en la desaparecida revista española Ajoblanco las impresiones que le surgieron luego de ir a comer a la casa de la escritora y esposa del ex ministro Jorge Arrate: "Estamos en la mesa, comiendo la cena que Jorge personalmente ha preparado. No hay carne. Alguien en la casa es vegetariano y presumiblemente ha impuesto su dieta sobre los demás. En cualquier caso, es Jorge el que cocina y no lo hace nada mal. A mí la comida vegetariana me sienta como una patada en el estómago, pero me como todo lo que me ponen. Diamela mira a Jorge y luego mira a mi mujer, Carolina, y luego a Lina y al novelista Pablo Azócar, el quinto comensal, y a mí no me mira. Tengo la impresión de que le he caído mal. O tal vez Diamela es excesivamente tímida".
De ahí en adelante, Eltit no ha querido saber nada de Bolaño, razón por la cual se negó rotundamente a participar en el proyecto cuando Patricia Espinoza la invitó. Junto a Diamela Eltit, "todo su grupo se negó. Incluso, hubo alguien que me dijo que Bolaño es una mala persona y que no escribía sobre malas personas. Eso es un reflejo de la bajeza, del conventilleo y la mediocridad que abunda en el medio chileno", comenta Espinoza.
"En Chile -agrega- siguen existiendo listas negras, siguen existiendo censuras, y Bolaño está en una de ellas. Eso le puede costar que nunca lo postulen para el Premio Nacional de Literatura, porque no pertenece a camarillas ni está involucrado en círculos sociales".
Pero con o sin Diamela Eltit & amigos, el libro, que llevará por nombre Roberto Bolaño: Un modelo para armar, va igual. Entre quienes escribirán sobre este díscolo autor están Darío Osses, Camilo Marks, Poli Délano, Marcelo Novoa, Roberto Hozven, Álvaro Bisama y otra docena de críticos y académicos de prestigio.
"Es uno de los autores con más futuro"
Más allá de las polémicas y disputas en torno al personaje que es Roberto Bolaño, al escritor y crítico Darío Osses le interesa el autor, porque se trata de "uno de los que tiene más futuro". Osses se centrará en la primera obra del "analizado", Monsieur Pain, la cual tiene un diseño "más bien modesto, con un argumento leve, pero que transmite una densidad poética y sobre todo porque reconstruye la atmósfera de un tiempo -el París de los años treinta- en forma diseminada. Rompe todos los lugares comunes, los mitos en torno de la bohemia intelectual del París de aquellos años", argumenta. Y continúa: "Monsieur Pain es un libro muy poco común de encontrar en la narrativa nacional con esa densidad poética. La labor de ficcionalización de un personaje secundario que está apenas mencionado por las memorias de la viuda de Vallejos me parece notable. Es muy interesante también la imaginación para construir realidades donde no hay más que unos pocos datos, para rellenar los datos que la memoria ha perdido", se explaya Darío Osses, quien cree que los resquemores que despierta Bolaño se explican "en un país donde todo se dice como pidiendo disculpas".
Desde España, Bolaño declara que "es para mí muy halagüeño todo esto. Hasta no ver el libro, básicamente me quedo con ese adjetivo". En estos momentos, y según comentó a El Mostrador, se encuentra afinando los últimos detalles de su próxima novela, 2666, "un mamotreto de mil páginas que es una especie de maratón solitaria".
Entre la autobiografía y la fragmentación
A Patricia Espinoza, la compiladora del libro, le interesó buscar en sus colaboradores personas que escribieran bien, pero es evidente que hubo además un énfasis especial en atraer críticos jóvenes.
Uno de ellos es Álvaro Bisama (26), profesor de literatura en la Universidad Playa Ancha y crítico de La Tercera. Para él, "Bolaño es un narrador chileno que está en una órbita distinta a los demás", cuenta. Si hay un elemento distintivo en la producción del autor puesto bajo la lupa, son las referencias autobiográficas. Sus alter ego Arturo Belano o B se repiten incesantemente en sus relatos, así como también escenarios y situaciones en los que alguna vez deambuló. "Ese yo biográfico lo veo desde alguien que busca hacer una presencia y señalar la fractura de esa misma presencia. Bolaño está ahí, pero a la vez no está. Es decir, se trata de un yo totalmente fragmentado, que se contradice de una u otra manera", reflexiona Bisama.
Siguiendo esa misma línea, el poeta Marcelo Novoa establece que, como Bryce Echenique o Cabrera Infante, "es de los tipos a los que todo lo que les ocurre en la vida les sirve como material narrativo".
Unánime: Lo mejor de Bolaño se encuentra en la narrativa
Por distintas razones, los críticos entrevistados por El Mostrador concuerdan que donde más destaca Roberto Bolaño es en la narrativa. "Los Detectives Salvajes es de una complejidad poco común. También tiene una capacidad para rematar muy bien los relatos breves, para crear una diversidad de ficciones que lo hacen tener una voz propia en el género de la narrativa", opina Darío Osses.
Coincidente con Osses, Bisama complementa que, tras realizar su ensayo para el libro, sacó en limpio que "en Bolaño hay un ejercicio de deconstrucción de una utopía, que es la distopía de la América degradada a partir de un país donde se ejecuta la monstruosidad que termina transformándose en un canon histórico y una narración donde los monstruos son los que quedan".
Juicio similar esgrime Marcelo Novoa. "En lo personal me parece muy atractivo cuando hace trabajos híbridos. Un ejemplo de ello es La Literatura Nazi en América, que es donde se ve al mejor Bolaño, porque es el que ha entendido en forma óptima todos los mundos. Ese es su mejor trabajo", enfatiza el vate de la Quinta Región. Novoa recuerda que en sus primeros plumazos como escritor se dedicó a la poesía. "Al principio no tomó muy en serio la narrativa, pero cuando le empezó a ir comercialmente bien en ese género, pasa a la narrativa todos los mecanismos de la oralidad que había trabajado en la prosa y se va diluyendo el trabajo que había realizado con las vanguardias, llegando a un punto tal en que la poesía actual de él es como un excedente, lo que sobra de la narrativa".
La muerte de Ignacio Valente y el nacimiento de una nueva generación
Patricia Espinoza espera publicar el libro en diciembre de este año, y Roberto Bolaño dice que de venir a Chile lo haría en ese mes y no antes, porque "no me han invitado y no creo que me inviten a la Feria del Libro de Santiago".
La crítica de la Revista Rocinante ve en el libro que está trabajando un acto reivindicativo de la nueva camada de críticos literarios luego de la desaparición en los medios de Ignacio Valente. "El cura Valente es como un fantasma. Ya no existe, porque hace años que no hace ninguna crítica. Es parte del pasado. Pero en este país, como no hay memoria y existe la necesidad de una figura dictatorial, genera una añoranza terrible de esa figura", dictamina con algo de molestia.
El protagonista de Nocturno de Chile es Sebastián Urrutia Lacroix, cura del Opus Dei que escribe poesía y es crítico literario. Es bastante obvio que es una referencia al mismo Ignacio Valente, personaje que Bolaño considera "muy interesante". "El cura Valente, sinceramente, es uno de los intelectuales chilenos de los últimos veinticinco años más interesantes, tanto como persona y escritor. Eso sí, creo que el tío debe tener unos cargos de conciencia de cagarse, pero a pesar de ello va a quedar, porque su prosa ensayística es de primera calidad", cuenta.
Finalmente, Patricia Espinoza asegura que "hay una nueva de generación de gente que escribe bien, que se cree el cuento, que tiene entusiasmo, que está leyendo libros y que aún no está contaminada por esta basura del mercado. Lamentablemente, esa es parte de la basurilla en que están insertos muchos que se dicen críticos, pero la verdad es que están coludidos con las editoriales, les andan sobando el lomo a los escritores o sencillamente plagian sus críticas de internet", concluye la compiladora.