La Tercera, Chile. 14.02.2016
Robert Falls y Seth
Bockley en acción con sus actores durante los ensayos. GoodmanTheatre.org
CINCO novelas hilvanadas en una sola.
Tras el tardío lanzamiento de 2666,
en 2004, a un año de la muerte de su autor, Roberto Bolaño (el 15 de julio de
2003, producto de una insuficiencia hepática), parecía imposible, e incluso
desquiciado, creer que un libraco de más de 900 páginas pudiese brincar del
lomo y cobrar vida en la pantalla grande, o un escenario. El primero en tomar
el riesgo, en 2008, fue el español Alex Rígola, quien trajo a Santiago a Mil,
en un montaje de más de cinco horas, la vertiginosa cruzada de Benno von
Archimboldi desde el Viejo Continente hasta Ciudad Juárez, en México, donde
cada día aparecen los cuerpos mutilados de decenas de mujeres.
El pasado fin de semana, en el Goodman Theatre de
Chicago, Estados Unidos, su director artístico, Robert Falls, estrenó su propia
versión de la novela póstuma de Bolaño en una puesta en escena que hoy
deslumbra a la crítica por su proeza: 15 actores encarnan a más de 80
personajes, en una pieza que bordea las cinco horas y media de duración.
“Apenas leí 2666,
supe que quería llevarla al teatro, a pesar de sus complejidades. Me maravilló su
audacia y las cinco partes que estructuran el relato -que va del tono de
comedia de Pedro Almodóvar, muy al estilo del cine negro e hiperrealismo,
desencadenando un ‘cuento de hadas’ que cruza en tiempo récord el siglo 20-, y
donde el autor pone el foco en los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el
Holocausto”, dice Falls.
“Brillante”, “Desmedida y atípica” y “Uno de los
montajes más audaces del año”, son algunas de las críticas que medios locales
le dieron tras su debut, el pasado 6 de febrero. “Bolaño es un autor que seduce
de tal forma, que es simplemente imposible no maravillarse con su capacidad de
detalle y esa obsesión por narrar a partir de lo desnarrado”, agrega Falls.
Rígola vuelve a Bolaño
Después de 2666,
en 2014, Alex Rígola se embarcó en la adaptación de “El policía de las ratas”,
que nuevamente lo tuvo en Chile con funciones en el Teatro Municipal de Las
Condes. Previo a su debut, el año pasado, el director ya anunciaba que había
otro texto del autor de Los detectives
salvajes quitándole el sueño. No lo reveló entonces, pero hace poco menos
de un mes, mientras el Festival Santiago a Mil se tomaba teatros y calles de la
ciudad, el español ensayaba en el Centro Cultural de España Nocturno de Chile, novela de 1999, junto
a ocho actores. Hace dos semanas, en el GAM, Rígola mostró un adelanto de lo
que será el primer montaje confirmado para el mismo certamen, en enero de
2017.
“Es extraño lo que me pasa con Bolaño. Hay algo de
intriga y adicción inmanejables. Cuando llamé al casting y elegí a este elenco,
les pregunté cuántos lo habían leído, y no debieron ser más que dos. Les dije:
‘¿Estáis locos? No podéis estar perdiendo la posibilidad de leer al único autor
contemporáneo que pudo darles un tercer Premio Nobel’. De seguir vivo, Bolaño
tendría muchas posibilidades de traer otro Nobel a Chile”, opina Rígola.
La historia del sacerdote Sebastián Urrutia Lacroix, un
clérigo derechista del Opus Dei que durante sus últimos años relata cuatro
episodios de su vida: la visita a la hacienda «Là Bas» de Farewell, un
destacado crítico literario de los años 50; su viaje por Europa para estudiar
técnicas de conservación de iglesias en los 60; las clases de ideología
marxista que dictó para Augusto Pinochet y sus colaboradores de la Junta
Militar de Chile en los años 70, y las tertulias literarias a las que asistió
en casa de la escritora María Canales, donde además se torturaba a opositores
al régimen, aún no confirma su elenco definitivo. “El texto ya está, y eso es
lo principal -dice Rígola-. No será un montaje largo como los anteriores, pero
sí igual de intenso y más polémico, creo: no es casual que Bolaño viniera a
lanzar esta novela a Chile cuando justamente quería volver a escribir sobre el
lugar donde nació”.