19 de septiembre de 2009
Una selección de fragmentos
de entrevistas
con el autor de Nocturno de Chile
con el autor de Nocturno de Chile
trazan el perfil de un
escritor creativo y polémico
¿Tuviste alguna influencia
de tus padres en cuanto al gusto por la literatura?
No, la verdad es que, digamos en términos genealógicos,
provengo de dos familias: una que arrastraba quinientos años de analfabetismo
constante y riguroso, y la otra, la materna, que arrastraba trescientos años de
desidia, también constante y rigurosa. En ese sentido soy la oveja negra en mi
familia. Supongo que hubieran preferido cualquier otra cosa. La verdad es que,
conociendo lo que conozco ahora, que ya tengo 50 años, tampoco a mí me gustaría
que un hijo mío fuera escritor. Es bastante duro ser escritor, aunque, bueno,
tampoco hay que exagerar [...]. Mi madre sí que leía más, pero si me hubiera
formado con los gustos de mi madre ahora sería una especie de Marcelo Serrano o
de Isabelo Allende, que por otro lado no estaría mal, porque no hubiera
conocido los tormentos del escritor y sí hubiera conocido las mieles de los
millones, lo que, visto en perspectiva, no es una mala salida.
Revista Turia, Barcelona, junio de 2005
¿Cuál es el defecto propio
que deplora más?
Yo soy una persona llena de defectos y todos son deplorables.
¿Cuál es el defecto que
deplora más en otros?
La intransigencia, la prepotencia, la intolerancia.
¿Qué persona viva le
inspira más desprecio?
Son muchas, y ya soy demasiado viejo para establecer un
ranking.
¿Qué palabras o frases usa
más?
"Joder" y "coño".
Diario La Tercera, Santiago de Chile, 19 de marzo de 2000
Siempre se les pregunta a
los escritores, y ésta no será la excepción, por su fuente básica de
inspiración. Algunos se inspiran más en la vida, otros más en la literatura.
Por lo que a mí concierne, en ambas.
Revista Capital, Santiago de Chile, diciembre de 1999
¿Crees en la inspiración o
en la constancia?
En la constancia. Pero cuando llega la inspiración te das
cuenta de que la constancia es una verdadera mierda. Lo que hay que hacer es
provocar la inspiración, y para hacerlo hay que ser constante.
¿Tu opinión de los premios
ha cambiado desde que ganaste el Herralde de Novela?
De los premios grandes tengo en general una mala opinión. Pero
antes de empezar a publicar prosa en Seix Barral, estuve dos o tres años
viviendo de lo que ganaba con los premios de provincias. Eran premios de
tercera división, pero para mí son los auténticos premios, a los que le tengo
una profunda gratitud.
Revista Qué Leer, Barcelona, septiembre de 1999
¿No cree que si se hubiera
emborrachado con Isabel Allende y Ángeles Mastretta otro sería su parecer
acerca de esos libros?
No lo creo. Primero, porque esas señoras evitan beber con
alguien como yo. Segundo, porque ya no bebo. Tercero, porque ni en mis peores
borracheras he perdido cierta lucidez mínima, un sentido de la prosodia y el
ritmo, cierto rechazo ante el plagio, la mediocridad o el silencio.
¿Usted es chileno, español
o mexicano?
Soy latinoamericano.
¿Por qué le gusta llevar
siempre la contraria?
Yo nunca llevo la contraria.
¿Cómo enamoró a su esposa?
Cocinándole arroz. En esa época yo era muy pobre y mi dieta era
básicamente de arroz, así que lo aprendí a cocinar de muchas formas.
¿Qué cosas les debe a las
mujeres de su vida?
Muchísimas. El sentido del desafío y la apuesta alta. Y otras
cosas que me callo por decoro.
¿Qué cosas lo aburren?
El discurso vacío de la izquierda. El discurso vacío de la
derecha ya lo doy por sentado.
Revista Playboy, México DF, julio de 2003
¿Qué es lo que finalmente
quiere que nos quede como gesto en el rostro a nosotros, sus lectores, cuando
terminamos un libro suyo?
Aquí hay dos respuestas, la pregunta ésta es muy buena.
Primero, que cada lector es dueño de su propio rostro, y que yo no tengo nada
que ver con el estado en que quede ese rostro. Y segundo, que si por casualidad
cada lector ha podido ver en mis libros a alguien cercano a él, pues yo me
daría por satisfecho. Sobre todo a alguien cercano que no cerrara puertas, a
alguien cercano que abra puertas y ventanas y que luego desaparezca, porque hay
muchas cosas por leer y la vida no es tan breve como se piensa.
Programa Perfiles, Radio Francia Internacional, mayo de 2002